martes, 16 de octubre de 2018

FICCIONES CON SOUNDTRACK 05.- Roja la fe (Escuchando: Depeche Mode)




Explícame la vida con una canción diferente. Pero con la misma luz de esta noche. Y yo te escucharé igual que un jesucristo escuchando las plegarias de los creyentes.

Y de respuesta te ofreceré el fragmento en el que todo se disuelva a lo sublime para que cada vez que escuches ese tema te sonrojes. Es mi redención tras haber desgraciado una parte de tu vida, después de pedirte que me cuides.

Pero ponme a prueba... sé que estoy solo, igual que tú. Explícame el porqué del dolor que escondes en una cuestión de arrebatos y héroes santos. Pero mientras lo haces, pon de fondo una canción que te traiga de nuevo a esa escena de la marea de autos que dividía la avenida esa noche, y que fue lo primero que presenciaste cuando te fuiste atravesando el camino en sentido contrario al mío.

Con las dudas de lo que fuimos y con la sensación de la sangre henchida de los cuerpos condenados al intrincado juego de enredos y besos. Lo mismo que nos servía para enrojecer, nos servía para sobrevivir en este mundo un día más. Sin embargo, lo único enredado en ese momento fue mi pensamiento mientras una corriente de ciudad me alejaba cada vez más de ti. Y lo único enrojecido fueron los semáforos que detuvieron mis respiros en el momento en que cruzabas la rotonda de las pasiones perdidas.

Explícame la vida con una canción, después de prometer en silencio el resto de tu vida a alguien y pensábamos en lo divino de nuestros actos. Yo te escucharé para al fin devolverte una explicación de la salvación que siempre buscamos de forma más o menos desequilibrada.

Si cuando dijimos que en los ojos guardamos la vida en forma de lágrimas, en los oídos, la memoria funciona con la vibración de los sonidos que nos impactan con cada largo paso por nuestros recuerdos después de electro/ausencias y secre/vidas.

Explícame el amor con una canción que te causa placer, justo después de que ya no te volví a ver de frente; hasta esta mañana. Y no quise perder la oportunidad de re/encontrarnos, con el riesgo de re/perder el control; que a esta altura ya no significa nada.

 He arriesgado hasta mi vida... y que no es para tanto;

ahora que lo pienso bien.

Algunas cosas que te sonrojaban, no sirvieron para mantener roja la fe. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario