domingo, 4 de noviembre de 2018

FICCIONES CON SOUNDTRACK 07.- Guión (Escuchando: Nina Simone)



En breve, recuerdo escuchar a Nina Simone de manera casi ceremoniosa y chamánica con la melodía y fuerza que la caracteriza. Algo que puede durar tan poco en una canción, pero que puede ser tan emblemático y salvaje, como un beso o un putazo. Esto se llama: Guión.

Una vez más… una vida – Los guiones entrelazados – los guiones que observas dividiendo este texto en frases definitorias – Una historia que bien puede ser la mía para tratar de explicar el retorno de la vida o del dolor que va cambiando de forma – Un servicio ordenado a partir de su propia necesidad – Un techo pintado de blanco – Mi cara despertando a las 8.20 de la mañana – Los representados 32 bajo el signo de una línea astrológica que nada me dice cuando despierto, pero si cuando tengo que resolver el sentido de mis palabras en mis emociones; que me explican el amor como nunca lo había entendido como hasta ahora – Una vez más… una vida – Lo que quise decir esa noche es que tengo el sentimiento, más no la razón de sentirlo – Cuando te enamoras te ríes de tus pendejadas, cuando no lo estás las pendejadas se ríen de ti – Una certeza de que escribir no te lleva a ningún grado de fortaleza interior ya que puede ser tan efímero – Un hombre escribiendo en sentido literario, encontrando una rutina que sigue su camino – Un baño matutino escuchando música y la música trasladándose a unos audífonos mientras te aferras a un pasamanos a bordo de un transporte público – Volteas a ver tus zapatos, tu ropa, tu dinero; o al menos en el dinero que siempre está pasando por tu cabeza bajo ciertos estados de ánimo – El ruido de fondo de un motor de ciudad que siempre sientes al acecho, pero que cada quien enarbola en una enfermedad exacta perteneciente al sentido de la vida (al menos como hasta ahora la conocemos y ¿quién te asegura lo que es verdadero?) – La muerte viene por default – Una entrada a un trabajo – Nunca el sueño al desvelo nos quita tanto – Hasta hace poco creía en todo lo que había hecho bien – Pero tu dame el brillo de cualquier futuro y lo convertiré en ocaso – ¿O acaso no te gustan los “Happy Endings”?  – Una vez más… una vida – ¡Es mejor perder tiempo mental en el humo de un cigarro o de un café que en ti! – Y desde el otro lado de la habitación alguien te llama: “Amor” y atraviesa el pasillo con el sonido seco de unas zapatillas que reconoces hasta en su forma de caminar – No suelo ser yo el que se sienta a esperar en la escalera de una casa para que salga alguien y se presente como Nina, luego de haber esperado por 4 o 5 canciones de otra Nina de apellido Simone – Te mencioné que al escuchar cada canción  me hizo rememorar las sensaciones de la piel, aunque en realidad solo me hizo recordar la más reciente encontrada después de una obra de teatro cuyo guión se terminaba hasta que se fuera la última persona del público, y solo quedamos ella y yo que terminamos una charla a oscuras sobre un colchón – La más reciente impavidez de la reacción por la compañía – Hasta hace poco creí que habíamos hecho todo bien, dijo, pero la música se escribe para corregir la sensación de volver a caer o celebrar; es mejor si cantas conmigo una vez más – Escribo narcisismo y creo solo en ello como un extraño acertijo de seriedad o parvulez – Con una respuesta a esta historia entre la sed, el hambre, la colección de brisas en forma de silbidos y que se llegan a parecer a las canciones de Nina Simone en alguna forma, impregnadas en las teclas de un piano una tarde-noche de domingo de Octubre – Mientras me tallo los nudillos sin ganas de volver a la realidad después de ver tu forma de elevar los pies por un momento de la tierra (aun estando recostado) – Desde mi escritorio de trabajo escribo una frase que nutre la soledad por un día más y me doy cuenta de que me toma escribir una historia sobre de ti, lo que le cuesta a la tinta secarse sobre el papel: 
 -No te imagino siendo alguien diferente en la vida. Y se ve que sigues cargando con una, si lo que buscas son las experiencias no la cantidad de emoción en ellas. 

Mañana: un techo pintado de blanco justo después de despertar – Los guiones entrelazados – Los guiones que estas observando que divide el texto en frases definitorias – Una historia que bien puede ser la tuya para tratar de explicar el retorno de la vida o del dolor que va cambiando de forma en más de uno – En más de una vida… Una vez más. 

– Salgo del trabajo. No quiero volver a casa hoy. Guion: –

FICCIONES CON SOUNDTRACK 06.- 21.09.94 (Escuchando: Murcof)

¡Qué equivocado estaba!
La más reciente entrega de #FiccionesConSoundtrack viene ad hoc con una banda sonora condensada como las nubes de estos días. La primera vez que escuché a Murcof, creí que estaba mal el disco. Después me di cuenta de que el que estaba mal, era yo. A veces me pasa con los discos, a veces con los días.

 21.09.94

¡Déjame verte no dormir!  
No sé qué tan conveniente sea eso. 

Hoy llueve, no hace mucho que alguien me enseñó todo lo que debería mejorar de mi vida, después de entregarle todo lo que en ese momento, creía que, tenía – Antes de retirarme, alguien más solo dijo: ¡cuida tu corazón!, y eso fue todo – Hoy llueve, la lluvia limpia las calles, pero no los deseos. Y tú decides qué rescatar, después de darse cuenta de que todo esto no es más que una persecución elegida y colocada en las vigas de las miradas que también emergen de las rasgaduras de los sueños. En los deseos ambiguos que se toman con los ojos entreabiertos, no importa el ángulo de la perspectiva, ni los espejos que la realidad nos pone en la cara, ni los símbolos que nos generan despertares en nuestros estados más delirantes – Hoy llueve y la colección de objetos valiosos que, con letras hechas a mano y tinta, parecen firmar el escenario de la obscuridad; donde por más que ya no lo veas de frente, cuando volteas el pasado te saluda y te dice “¡Hola!” – Hoy llueve y la canción que salva el mundo no tiene cara, ni termina con aplausos ni es canción. Su cara me dice que debimos probar alguna vez la sensación de sabernos únicos en este mundo, donde la humildad era la mejor forma de vivir; pero no para los mejores motivos. Abusamos bastante dentro de las razones alargadas por las vías de las sonrisas internas, cuando está por demás el hecho de invocar la felicidad disfrazándola de vieja paz – Hoy llueve, cuando es mejor conocer el camino que siempre puede llegar a ser corto, justamente cuando siento que voy a entrar a un sueño del que solo voy a despertar muerto. Lo explico esto de cierta forma, porque es casi imposible explicarle a alguien en persona cómo es que las emociones son nuestros verdaderos superpoderes. Que si de verdad lo que se intenta es crecer, se tiene que aprender a usarlos – Hoy llueve mientras que el otro, sin idealizar, solo buscaba a alguien para seguir buscando a alguien más. Una prueba de que existes en el mundo, no será suficiente para nadie; pero siempre será peor pensar en quedarse en el mismo lugar – Hoy llueve después de aprender, bajo las circunstancias de la más enervante muerte. Que lo que cuenta es lo que vivimos; no los sueños, ni las intenciones, ni de lo que nos sentimos vacíos: lo que cuenta es lo que vivimos. Es claro el dolor y la cobardía, están. Es claro el miedo y la indirecta  de llamar miserable una vida – Hoy llueve y el olor a muerte de algo se derrumba sobre los egos, nos hace crear un escape dentro de nosotros mismos, un escape de quien solo sabe caminar por donde ha pasado y encuentra la nueva ruta de un vivir, a pesar de lo vivido, un festejo a pesar de lo festejado, también un contar con lo que no había contado, y un viejo entender sobre lo nuevo entendido. En el plano horizontal, querida muerte, nadie puede quejarse de mis errores. El horizonte me invita a comprobarlo mientras llueve y si llegas hoy nada puede ser tan malo. 

¡Déjame verte no dormir!  
No sé qué tan conveniente sea eso. 
No tienes idea de lo que me dolió tu muerte. Ojalá hubiera podido estar contigo. 
Lo que importa es lo que vivimos. Si quieres encontrarme…  

(¡Se más fuerte de lo que ahora eres!)