viernes, 25 de marzo de 2016

Ficciones con Soundtrack 12 – Afect Amé (Escuchando Stoned Jesus)




"Cuando eres o te sientes lo suficientemente viejo o feo
para no querer verte ni al espejo,
se termina la vanidad
–y comienzan a importarte nuevas cosas– "

Guadalupe Pámanes.

¡Vamos, amigos!

A sal sabían las sombras. Y no entendía bien por qué. Sigo en este punto tumbado viendo lo que hay afuera del mundo. Las nubes como único cobijo. El dulzor del refugio de las tormentas. La batalla de nuestros propios cuerpos saliendo por nuestros pensamientos. Con los espíritus labriegos en campos abiertos y caminos largos; a veces con las nubes como único cobijo. Y bajo estas nubes las sombras que van dejando una brecha que quizá sí, quizá no sigan otros. A sal sabían las sombras. Y no entendía bien por qué.

Con los mundos que giran alrededor del viejo sol como en una noria y que van generando nubes para protegerse de su intenso resplandor. Existe un cúmulo incalculable de circunstancias que son poco vistas en nuestro entorno. El mundo puede llegar a ser una de ellas. Una teoría y la vida otra. Aunque la vida, siempre será otra. Todo es una realidad distinta. Con los mundos que giran alrededor del viejo sol.

Un minuto de silencio. Buscando en el tiempo a la mujer más infiel con el afecto más sincero. Necesito mi piel, es cierto, pero esta también pregunta por otra piel. También es cierto que cuando los besos se dejan llevar por los cuatro vientos o, digamos, por ese camino de lo fugaz, es cuando más afecta el afecto que tuvimos. Retorna el abrazo de la chica de ballet que sobre sus pies en puntas danza con la  sinfonía que encierra todos los sonidos de un pulso. Era mejor decir que no pensaba en mis bromas, que nunca le iba a decir que solía sonreír mucho mejor de lo que explicaba en mis textos, que un albur de pronto se podía convertir en motivo de silencio. Un minuto de silencio.

Afecto que afecta y se arrastra hasta al fondo de nuestra propia vida: Afect-Amé. No tenemos el nivel para medir lo infame de nuestro interior, pero si el de nuestro libre albedrío de sentir lo que queramos bajo un cúmulo incalculable de circunstancias que son poco vistas en nuestro entorno. Una realidad distinta a la tuya, a la mía, a la de muchos. Pero todos somos hechos y vistos. Tenemos las oportunidades y los fracasos. Y yo sigo en el suelo observando lo que hay afuera de este mundo y pensando en que quizá hubiera sido mejor que, cuando te despediste, hubieras dicho: “Ojalá y te mueras”, solo para saber que su despedida iba cargada de una cuántica eternidad. Ahora con tus pies de puntas danzando en un afecto que afecta y se arrastra la fondo de nuestra propia vida.

Vivir en una realidad muy cercana a la tuya, como los mundos que giran danzando alrededor del viejo sol. A sal sabían las sombras y no entendía bien por qué. Después de un minuto de silencio alguien más se acerca y me dice que debería pensar en que este es un buen mundo. El mundo es un arte chiquito, el arte más grande lo hace uno; le respondo. Quiero seguir… Me gusta pensar que este es otro mundo. Y lo quiero vivir ahora en una realidad muy cercana a la tuya.






lunes, 14 de marzo de 2016

Ficciones con Soundtrack 11 – También el deseo (Escuchando Soda Stereo)





A menudo solíamos hacer, de cualquier lugar, nuestros propios lugares de confesión. Y tender los señuelos, de nuestros propios demonios, observando el pacífico y sentarnos al lado de cada uno mientras el desvelo se nos iba con la marea. Él siempre me decía que era como si en este lugar no pasara nunca nada. Como si nunca imagináramos en el curso de las cosas. Y yo siempre le decía: -¡Espera! Solo espera un poco más. Hasta llegar al momento en que las emociones de nuestros rostros comiencen a delatarnos. Porque podemos esperar hasta que salga el sol.  

-Quizá los sueños de los grandes pensadores ya estén despiertos para cuando eso pase, Perla Sónica. -me dijo- ¿Para qué esperar tanto, estás pensando en acumular un gran núcleo del surgimiento de las emociones?­ -me preguntaba él

-No. Solo en ocasiones, vuelvo a retomar los escenarios que alguna vez nos conmovieron...-le dije.  
La última vez que lo vi, estaba sentado en la banca de un parque, cerca de mi casa. Estaba solo ahí; como esos ancianos que se sientan a esperar ver pasar su muerte o como el mariguano que se sienta a ver pasar su vida. Pero él, ni es un anciano, ni estaba drogado en ese momento.  O al menos eso me pareció a mí. 

Ese día me mostró aquél truco que se hace con un tubo de cartulina. El truco consistía en sostener el tubo enfrente de un ojo y tu mano a un lado del tubo. Al hacerlo, parecía como si tuvieras un agujero en medio de la palma de la mano. -¿Recuerdas este truco? -Me preguntó. Yo le contesté que no. Aunque era mentira. Quería que me contara la primera vez que me lo había enseñado en su casa, mientras ponía un disco de Soda Stereo y preparaba un café. Pero no me lo contó. En lugar de eso nos quedamos en la banca de ese parque hablando de los tropiezos y los caminos y los vacíos; sobre todo de nosotros mismos. 

Me parecía igual que una planta. O mejor dicho, igual que un árbol. Como en aquella historia de un árbol que crece en medio del bosque, fuerte y extraño; poco natural. Como un árbol que lleva un sol por dentro y entonces le pregunté: ¿De qué te sirve ser luz si no brillas?
Quizá en este lugar no hay demasiada obscuridad de momento -me respondió cruzándose de brazos y como viendo el vacío. -Las estrellas solo pueden verse cuando está el cielo obscuro. Aunque en realidad puede que ya ni se encuentren ahí al contemplarlas. Luz reciclada, es todo lo que vemos. Así como todo se recicla en el pensamiento. Todo lo que alguna vez viviste, ahí se revive de alguna u otra forma. Recreamos el primer beso y hasta el primer momento de impulsos emergidos de lo más profundo de nuestro cuerpo. Y se va acumulando capa por capa, hasta tomar una nueva forma. Así como se crean las perlas en el fondo de las ostras que viven en lo profundo del obscuro océano. ¿Ya conocías esa historia?

-Ya. - le dije y esta vez decía la verdad -Me has hablado de las emociones siempre que nos vemos.
- Si, pero no te olvides de los Deseos, Perla Sónica. -dijo y en ese momento volteo para verme de frente - ¿Cómo puedo hablarte de ellos hasta lograr sintonizar los tuyos con los propios desde este momento?

-¡Espera! -dije yo -Solo espera un poco más. Puede que el momento en que las emociones de nuestros rostros comiencen a delatarnos. Necesito saber que somos cómplices para convertir estas dudas en razón. Las preguntas correctas siempre son el factor importante. El cerebro es una máquina de respuestas.  


Imagen: Carmen Jazmín Rios

Ficciones con Soundtrack 10 – Latido de danza. (Escuchando Nick Cave & the bad seeds)






Querida Bruja...

Te recuerdo en una página vestida de púrpura y negro mientras pasabas vislumbrando las líneas del viento; cuando los ángeles visionarios aterrizaban sobre las baldosas de blancas ternuras, ahí entendí que las historias regresan de manera… fffffftsss

…Instantánea. Antes fue un poema, como una estrella que danzaba en tu mirada. Un destello que salía quizá de lo más profundo de una esquina de tus iras y rebeldías. Pero que iban cargadas de un impulso evolutivo que revelaba todo un sentido. Un aprendizaje y una forma de latidos recónditos. Un sentimiento fuerte encerrado en movimientos sutiles; igual que muchos sueños. Esos viejos sueños atravesando nuestro pensamiento a bordo de viejas naves. Siempre cargadas con algo parecido a la esperanza, la danza de las estrellas. O quizá la danza que corresponden a dos cuerpos que se encuentran para saberse de nuevo en medio de una realidad. 14 de agosto con las sensaciones de un resplandor lunar sobre nuestras espaldas. Una realidad con racimos de símbolos seductores colgados los letreros comerciales de las avenidas. Símbolos que nos ven con ojos familiares. Y también, posiblemente, una realidad que nos deja pasar al show sin pedirnos entrada. Una realidad que me sorprende escribiendo sobre otra realidad, otra realidad, otra realidad... fffffftsss

…Instantánea. Sin preguntarme por qué o para qué, simplemente atento a los encuentros de esos cuerpos crueles o dulces. Que se desarman en medio de latidos desconocidos. Pero mientras tanto, si me pregunto: ¿Cómo seguirán, el día de mañana, los sueños su viaje? ¿Será acaso atravesando miradas y símbolos? ¿Atravesando horizontes en un cara a cara con los muchos significados de algo que, probablemente, tenga uno solo? En tu campiña disfrutamos de un vaso de ron y coca cola con tres gotas de limón y una pizca de sal. Que igual y siempre dijimos que esto era un juego ocioso, pero en ocasiones toda la vida parece salido de algo así. ¿Dónde el gran poema? Haciendo una revisión final del balance, es probable que todo esté en las preguntas. Aquellas que me cuestionan acerca de las cosas que más me intriga de ti. Y yo menciono que podrían ser las líneas de los vientos y las lunas de Octubre. Las palabras describiendo emociones poco domesticas.

Un desconcierto y te conviertes en una “chica migraña”. Las propuestas terminadas con un Mein Herr y con un Mademoiselle. La canción que termina llena de ira desconocida y febril. Los abrazos que nacen en medio de las dudas. Unas manos cada vez más tristes cuando no están entre unas manos cómo las tuyas. Los nombres que blasfeman las paredes de los baños. Los coloquios convenidos debajo de la lluvia. Los dioses que juegan a que son mortales cuando piensan en la eternidad. Las apariciones sorpresivas de las regresiones de sus almas. La actividad paranormal en medio de la discrepancia. El aliento de los perros de tus sueños atravesando en modo de caza. Las visiones de los riscos con una mujer que se parece a ti, corriendo delante de todos y desesperada se da cuenta de que no puede saltar porque le tiene fobia al agua. Los ratos infernalmente deliciosos dentro de una comedia universal. La forma en que lees como si fuera tu combustible para arder cada noche y florecer cada mañana. Inteligencia y curiosas almas en desgracia. Las historias de los amantes de nuestras vidas pasadas; narraciones que se desenvuelven con un personaje fuera de lo convencional, pero que a la vez te enseña que la vida es por fuera sencilla &… fffffftsss

…Instantánea. Te etiqueto en una de esas fotografías dónde aparece la estrella o Lamat de tu firma galáctica, tan luz, tan arcoíris, tan escamas de luna. La parte inesperada de tu frente y mi frente juntas. El 04 de julio con sorpresas equitativas. La ternura desenmarañada y la terquedad de mi voluntad. Sé que protesto, sé que andan diciendo que la pasión es otra forma de buena locura. Las postales, los autorretratos, los libros recomendados. Los últimos besos que siempre saben cómo los primeros. Las bachichas de cigarros, en la puerta de mi casa, como rastros de tu presencia. Con el tiempo ese lugar se ha llenado de florecillas que las abejas iban polinizando en el verano. Los despojos: una cara de luna obedeciendo las leyendas que los demás escriben sobre el esmalte del humo de los alientos cercados por un golpe que se vuelven marcas en mí de un día a otro y de forma... fffffftsss

…Instantánea. Y tú ahora vuelves a la escena, iracunda, con una molesta incomodidad y mal disimulada, por eso el apodo de “chica migraña”. Todas las pulsaciones y los latidos de danza de nuestras zonas de chill out con Converses y Kraken black spiced. Los contratos firmados en piedra con fechas de caducidad. Las lluvias lavan las calles pero no los deseos. Yo, por lo pronto, aguardando en la calle del jubileo con un poema danzando en tu mirada, como una estrella que pasa atravesando los cielos internos de manera… fffffftsss.