Nueva ficción semanal, la nueva imagen de portada, un nuevo soundtrack, la misma esencia:
El link: http://escaletra.mx/columnas/buzon-de-despojos
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Cada martes en la sección de columnas de Escaletra
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: si volviera,
verías como mi realidad fue un largo buzón, y que éste buzón estaría vacío y yo
me encontraría en el fondo. Tratando de respirar el aire que logra entrar y que
trae todo el aroma de lo que antes había del supuesto contenido, o de mi supuesta
realidad.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: saber que mi
visión desde ese lugar es complicada ya que se observa todo lo que pasa a mí
alrededor, pero está empañado por mi sudor, mi aliento y mi pensamiento por
todo el interior del buzón. Me da por volver a creer en las mismas cosas y
sentir lo mismo, hasta revolver las fuerzas que le quedan a mis entrañas; pero
por supuesto, ni yo soy el mismo, ni la realidad sabe ahora qué soy.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: en algún
momento se acercan los rostros que me observan desde arriba para asegurarse de
que aún tengo signos vitales. Y algunos más osados tratan, inútilmente, de hablarme
o de sacarme de ahí. Pero es complicado, y supuestamente aun mantengo una
visión desde aquí. Alguna vez tú pudiste estar en mi lugar, amigo, pero
supuestamente ella te salvó. A mí me lo contó.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: creer que
no volveré a ver nada de las cosas buenas de este mundo o de esta realidad, o
de este supuesto buzón. Y saber que, tú amigo, llegaste un día a preguntarme
quién me dejó así. Y yo te dije que ella.
Y también te dije que a ti ya nunca te volvería ver igual.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: Contarte
esta parte de mi vida cuando ella un día, sentados en una banca por Chapultepec
en la Ciudad de México, me contó casi todo lo que ustedes vivieron juntos. Y lo
que sucedió cuando ya no vivían en paz. Es sencillo porque basta recordarlo. Y
recordar es lo que más se hace desde este lugar, o desde este fondo del buzón o
de esta realidad.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo, amigo: querer
colocar una pequeña versión de la vida en la única parte que te hace falta para
salir de este fondo. Y que se te antoje lo que más te gustaba hacer en las
tardes nubladas de Vallarta y que era coger teniendo música suave y triste de
fondo. Hasta que caía la noche para salir por algo de cenar y luego dormir. Y
si llovía esa noche, todo era mucho mejor.
Lo siento, ¿me puedes regresar la llamada
más tarde? Por ahora no puedo atenderte.
Es sencillo para ti, querido
amigo, cuando ella te salvo de que te perdieras en el fondo y no dejó que
cayeras tan bajo. ¿Quieres saber cómo me contó que lo hizo? Disimulando muy
bien el daño que te estaba ocasionando detrás de un dato sobre su edad. Por mí no
lo hizo.
Tan solo dejó un número de buzón,
desde donde a veces le marco a la realidad.
Lo sentimos, el número que usted marcó no
existe, favor de verificarlo. Gracias.
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