Introitus (La entrada): En efecto, cuando llegaste, la habitación era otra, la
mujer era otra, los tiempos de las tardes peregrinas también eran otros. Pero
al final la sinfonía, ¡Oh sorpresa!, seguía siendo la misma para ti. El día
comenzaba igual. Una sinfonía que llegaba de manera simultánea a la vida para
alterar lo que sentías. Y saliste de ahí pensando en los últimos caminos de la
verdad que cualquiera transita. Me sorprendo de cómo es el corazón humano de
raro que, aun después de pasar por (aparentemente) las mismas añoranzas o
adversidades, funciona éste de forma tan distinta ante cada una. La habitación,
la mujer y los tiempos incluidos en una reminiscencia editada, ¿No es cierto?
Yo soy la definición del hombre simultáneo. Soy el que desde hace tiempo te
buscaba, pero en realidad fuiste tú el que llegaste a mí en busca de una
especie de eternidad. “Yeah, I'm fan of
chaos”.
Allegro (Pero no demasiado): Aquí es negro todo lo que antes era azul. Buscar casa, conseguir tarjeta de crédito, un refrigerador, lavadora, ropa
deportiva, un auto, un perro... Puedo contarte
que un tipo que ya estaba loco, al poco rato de estar aquí, se dio tiempo para
reflexionar acerca de que el tiempo no lo hace más loco; solo lo hace más
viejo. Ahora mismo te atiendo y comenzamos el viaje, camarada.
Recuerdo que aquella mañana le
pregunté a Peregrina si pensaba que había lugar para los viejos locos en este
mundo, ella me respondió que había un lugar para todos.
–Más bien el loco eres tú –dijo
ella.
–No, más bien yo soy el que anda
cuerdo pero siempre me junto con gente que está loca–dije yo.
–Bueno, es que así es como uno
encuentra también las aventuras –dijo ella.
–No, más bien yo soy el hombre
simultáneo–
– ¿Y qué es eso? –dijo ella
El tiempo de las tardes
peregrinas que me sirvieron para aprender que el propósito de lo desmedido es
la clase y el prestigio. Entre más se pueda hacer algo desmedido, algo fuera de
los parámetros de la cordura y que salgas inmune de las consecuencias de responsabilidad,
eso es lo que da prestigio. Agrégale a eso que para demostrarlo debes conservar
las pruebas y una de las más utilizadas al día de hoy es la imagen. El sentido
de la vista expuesto a la más alta sofisticación. Para cuando me doy cuenta de que
esto ha llegado al grado de la enfermedad, ya es incorruptible.
– No sé, ¿Y
si me la chupas en el balcón, Peregrina?
– Esta bien,
y me tomas una foto para instagram; pero no me pongas las manos en la cabeza
¡eh! Que eso me molesta.
Scherzo (la broma
detallada): To, to, to, todo puede llegar a ser tomado por literal. El
temporal de una mañana lluviosa de un domingo hasta llegar a una noche tibia de
un febrero entre su cuerpo. Detrás de las ventanas se ven personas
reconociendose por la bondad que ejercen. Hace falta más que una fuerte lluvia
para lavar el sentido del gusto. Tru, tru, tru truena un trueno y la tormenta
se escucha cerca. Solo necesito de un poco
de aliento para resistir este vendaval. Y lo encontraba de nuevo entre los
contornos de la piel y los vacíos de conmoción de Peregrina. Un placer que no
era más que la vibración del universo provocando un eco salvaje del pulso que
mi cuerpo emitía en ese momento erigido como perfecto. Ho, ho, ho, hoy no deja
de ser uno de esos días extraños en el que el terror es cultivado para
cosecharlo en el futuro. Toda acción tiene un juez de reacción. Ti, ti, ti,
tiempos de auroras que se cuelan desde una habitación. Tiempos de tardes pe,
pe, Peregrinas. Al final no queda aliento para algo más que este invierno de un
viaje atemporal.
Sequentia (Continuación): En las mentiras, la realidad
cuenta su realidad y este hombre simultáneo la interpreta avanzando a lo largo
de sus caminos plagados de sacudidas y ¡Oh sorpresa!, la mísma sinfonía. En las
mentiras, ahí esta su razón. Su máquina del tiempo que me trajo hasta aquí con
los garbos y designios de su elocuencia que no eran para nada atractivas, pero
eran verdad. En efecto: he
conocido a la gente que me ha dicho en todo lo que debo ser mejor.
“Toma
el dinero del trabajo que te has conseguido y compra algo para trabajar.
Recuerda hablarles de usted a los extranjeros para que te suelten buenas
propinas. Las mentiras usan minifaldas, las verdades aunque las usen tienen el
culo plano”
–Yo no tuve
que hacer eso. Porque la familia que me apadrinó sabe que soy como la hija que
no tuvieron –dijo Peregrina –Mi prestigio
consiste en darme el lujo de darte, de nuevo, una oportunidad. Yo te voy a dar
las partituras de una sinfonía y tú las interpretarás a como el cielo y el
infierno te den a entender.
Así es cómo se fue desfragmentado el
sentido. El hombre simultaneo me ha dicho que el camino que todos siguen aquí
tiene un lema muy conocido: C'est la vie.
En esta temporada estoy aprendiendo además a lanzar lineas que se escriben para
ojos que pasan de mi. Para ojos muertos. Y conduciendo a través de esas
palabras hasta encontrar las que bien debí haber dicho. Yo sabía que estaba
equivocado, pero ya es muy tarde para estar arrepentido.
Adagio (Fuera de algunas minucias): Todos defienden su idea de sociedad. Excepto yo, que soy el hombre
simultáneo, porque no necesito idealizar quien puede venir a mi. Todos llegan
en su momento. Duermo mis horas completas y despierto fresco cada mañana.
Cuando estan frente a mí, basta con presentarme como ahora lo hago contigo y
enseguida comenzamos con el paseo. Te notifico que tampoco hay horario de
entradas y salidas, sino solo órdenes inusuales. Pero antes hagamos un brindis:
Por el contacto con aquellas tinieblas que, en algunos tiempos, cubrían a una
multitud de hombres. Solo en algo si te voy a ayudar: yo no voy a dejar que
vean el miedo en tus ojos cuando se vayan acercando a ti; ya es una ventaja, no
digas que no.
Recitative (Han concluido durante un tiempo los
recuerdos): ¿Confías en ti mismo caminando a
través de todo este tiempo que has perdido? Mantenme
informado. El sentido haciéndose pedazos. Ya no hay mucho que contar. Y si
lo hay, hay muy pocas formas de contarlas. Pienso que la única que todavía me
parece pertinente es la de una ficción propia. De hecho la ficción parece ser
capaz de soportarlo todo. Incluso en los estados más extremos del cuerpo y los
pensamientos. Me sorprendo de cómo es el corazón humano de raro que, aun
después de pasar por (aparentemente) las mismas añoranzas o adversidades,
funciona éste de forma tan distinta ante cada una. Cuando en el espacio dónde
solías anidar sueños estando vivo, cuelguen solo los vacíos de una cuenca
estando muerto. Mi forma lenta de regresar a casa de Peregrina en busca de sus
manos llenas de placer y sus contornos y sus vacíos de conmoción; dónde antes
escuché la sinfonía que me conmovió y que solo me puso a reflexionar, pero no
me dejó contento, porque siempre su música es también la preferida del hombre
simultaneo. ¡Oh sorpresa! ¡Oh placer! Un placer que no era más que la
vibración del universo provocando un eco salvaje del pulso que mi cuerpo emitía
en ese momento.
En efecto, la habitación es otra,
la mujer puede ser otra, los tiempos de las tardes peregrinas; pero la sinfonía seguirá siendo la misma. Soy el
que desde hace tiempo te buscaba, pero en realidad fuiste tú el que llegaste a
mí en busca de una especie de eternidad. Yo soy el hombre simultáneo. “Yeah, I'm fan
of chaos”.
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